El objetivo de este proyecto es informar a la comunidad del sur de Tucson sobre las sustancias químicas tóxicas conocidas que existen en su zona, en particular en el agua potable, y sobre los riesgos para la salud a los que pueden estar expuestos. Explicar qué son las sustancias polifluoroalquiladas (PFAS) a residentes con poca formación científica y que pueden no entender inglés es todo un reto. Mediante la creación de una campaña educativa que pueda ser entendida por este público, la comunidad se beneficiará con una mayor conciencia de lo que se está haciendo para remediar estos productos químicos, y cómo pueden reducir sus riesgos.
Esta comunidad se encuentra en Tucson, AZ, en el condado de Pima, que comparte 125 millas de frontera internacional con México. Fundado y dirigido por Linda Robles, el Environmental Justice Task Force representa a los residentes de la zona de Tucson que se encuentran a la sombra del aeropuerto internacional y de las instalaciones militares asociadas a la contaminación nociva. El equipo cuenta con unos 30 miembros de base que votan en las decisiones de la organización, así como con una lista de correo de más de 1.000 personas y una activa presencia en las redes sociales. En los últimos diez años, el EJTF ha colaborado con muchos socios comunitarios, organismos gubernamentales estatales y federales y dirigentes municipales para tratar de abordar las necesidades sanitarias más acuciantes de la comunidad e identificar otras prioridades.
Al Grupo de Trabajo de Justicia Ambiental le gustaría desarrollar materiales educativos para compartir con la comunidad de Tucson para que puedan entender la historia de estos productos químicos, los esfuerzos actuales de remediación, y los riesgos para la salud, lo que resultará en que los residentes tomen decisiones informadas en su vida cotidiana. Para avanzar en esta prioridad, se pueden utilizar diferentes métodos de comunicación y educación, que podrían incluir folletos físicos, correos electrónicos, publicaciones en redes sociales o reuniones para educar a tantos miembros de la comunidad como sea posible. El público objetivo son los residentes de zonas que ya han dado positivo en las pruebas de detección de niveles nocivos de PFAS. El EJTF ha estado trabajando duro durante años en otras prioridades de la comunidad en relación con este tema, pero la falta general de conciencia dentro de la comunidad conduce a la escasa participación y asistencia de los residentes durante los momentos cruciales cuando el EJTF tiene la atención de las principales partes interesadas. Es esencial que los residentes comprendan sus riesgos actuales para que puedan reducirlos en la medida de lo posible y vigilar su salud adecuadamente. Además, su comprensión de la situación les dará contexto cuando se propongan o promulguen posibles soluciones en materia de saneamiento y salud pública.
El plazo aproximado para este proyecto es de 12 meses (siendo 18 meses el plazo máximo), es decir, agosto de 2024.
Linda Robles es una defensora del agua limpia en el barrio sur de Tucson, Arizona. Linda Robles es una fenomenal y apasionada organizadora en favor del agua limpia en el barrio del sur de Tucson, donde vive. En 2007, perdió a su hijo a causa de una forma rara de cáncer que ella cree que fue causada por la exposición a mezclas de productos químicos tóxicos, incluyendo, tricloroetileno (TCE), dicloroetileno (DCE), dicloroetano (TCA), cromo hexavalente, benceno, xileno, metilcloroformo, líquidos inflamables, así como 1,4-dioxano y Per-y-polyfluoroalkyl Sustancias (PFAS) en el agua potable. Linda se ha convertido en una de las principales voces nacionales en relación con la exposición a PFAS en barrios predominantemente latinos, minoritarios y de bajos ingresos. Ha trabajado como enlace comunitario con las Academias Nacionales de Ciencias, Orientación sobre PFAS, Exposición, Pruebas y Seguimiento Clínico, y sigue organizándose con varios grupos nacionales como la Coalición Nacional de Contaminación por PFAS y el Sierra Club, que trabajan para concienciar sobre los impactos comunitarios no equitativos de las PFAS, a lo largo de las líneas de raza y clase, y el racismo ambiental. Linda está iniciando un estudio sanitario sobre PFAS dirigido por la comunidad que evaluará las concentraciones de PFAS en la sangre humana. Linda también trabaja actualmente con la red de intercambio de la Unión Geofísica Estadounidense (American Geophysical Union Thriving Earth Exchange Network) para educar a los residentes de la zona sur de Tucson sobre los PFAS y sus efectos nocivos para la salud, especialmente en los niños y otras poblaciones vulnerables con enfermedades preexistentes como el cáncer y las enfermedades autoinmunes.
Linda también ha llevado a cabo una serie de evaluaciones sanitarias en la zona sur de Tucson para comprender mejor los efectos adversos a largo plazo para la salud y la economía derivados de la contaminación histórica de las aguas subterráneas asociada al emplazamiento del Superfondo del Aeropuerto Internacional de Tucson. Los datos recopilados por Linda revelaron tasas más elevadas de cáncer, incluidos cáncer de riñón, hígado y mama, tanto en mujeres como en hombres; lupus; defectos congénitos; y asma. El descubrimiento en 2009 de PFAS en el condado de Pima y la muerte de la hija de Linda, Tianna, llevaron a Linda a establecer el Grupo de Trabajo de Justicia Ambiental en 2014.
Katie Matthiesen es una dedicada naturalista y entusiasta de las actividades al aire libre que trabaja como ecóloga de campo de fauna para la oficina de campo del suroeste desértico de la Red Nacional de Observatorios Ecológicos (NEON), con sede en Tucson, Arizona. Su trabajo se centra en la recogida y coordinación de todos los muestreos observacionales de pequeños mamíferos, escarabajos terrestres, mosquitos y garrapatas. Obtuvo su licenciatura en Conservación y Gestión de la Vida Silvestre en la Universidad de Arizona, y se unió al programa NEON en 2016. Katie siempre ha sido una apasionada de la divulgación y la conexión con su comunidad, y espera combinar esta pasión con su experiencia profesional como TEX Community Science Fellow. Los intereses de Katie fuera del trabajo incluyen la caza, la pesca, el paddle boarding y explorar las montañas de Tucson con su perro.
Este proyecto busca a alguien con experiencia en educación científica para ayudar a desarrollar una campaña educativa polifacética. No es necesario que este experto resida en la zona del sur de Arizona; la participación a distancia será adecuada mientras dure el proyecto. La capacidad de esta persona para hablar y escribir en español sería una ventaja. La fluidez en español no es un requisito, los esfuerzos de traducción pueden ocurrir después de la fase de desarrollo. Esta persona se centraría en trabajar con la EJTF para desarrollar el contenido de estos materiales educativos y ayudar a distribuirlos a la comunidad. Esto probablemente sería en forma de un folleto de una página que podría ser compartido a través de correo electrónico, correo o distribución puerta a puerta. Este proyecto también se beneficiaría de la colaboración de un experto en TCE, DCE, TCA y/o PFAS que aportara conocimientos actualizados sobre las investigaciones actuales relativas a estas sustancias químicas. Su experiencia también garantizaría la exactitud de la información en los materiales educativos que se desarrollen. El compromiso de tiempo estimado es de 20 horas al mes, durante aproximadamente 12 meses. La comunidad está abierta a la participación de estudiantes en el proyecto y anima a los jóvenes de la comunidad a participar en este tema.
Thriving Earth Exchange pide a todos los socios científicos que trabajen con la comunidad para ayudar a definir un proyecto con impacto local concreto al que puedan contribuir como voluntarios y colaboradores pro-bono. Este trabajo también puede posicionar a los científicos y las comunidades para buscar financiación adicional, juntos, para la siguiente fase.
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La Red Nacional de Observatorios Ecológicos (NEON) de la Fundación Nacional de la Ciencia es una instalación de observación a escala continental gestionada por Battelle y diseñada para recopilar datos ecológicos a largo plazo de libre acceso con el fin de comprender mejor cómo están cambiando los ecosistemas de EE.UU.
